Ahora que llega la temporada de otoño-invierno, nuestros armarios vuelven a llenarse de prendas voluminosas y pesadas. Muchas de ellas, prendas para “por si acaso”, de las que cada año nos cuesta librarnos. Por si acaso encuentro algo que combine, por si acaso vuelve a nevar este año, por si acaso me vuelve a quedar bien, por si acaso vuelve a ponerse de moda, etc, etc….
Muchas personas creen que, a mayor cantidad de ropa, más opciones para vestirse diferente cada mañana…pero no es verdad.
La única clave para contar con un armario realmente versátil es limitarse al máximo a aquellas prendas que nos permiten crear un mayor número de conjuntos/looks completos.
Como elegir estas prendas “realmente útiles” no siempre es tan fácil, te propongo otra cosa: libérate de todo lo que te sobra.
¿Y qué te sobra? Pues básicamente todo aquello que no te has puesto en los últimos dos años (incluidos esos zapatos que tanto te gustan pero te hacen tanto daño); todo aquello que ni te favorece ni te encaja porque tu cuerpo o tus gustos han cambiado; prendas en mal estado a causa del uso o de alguna mancha imposible; prendas que no te hace ilusión volver a verlas, nunca.
Si consigues liberarte de todas ellas, te liberarás además de la frustración, el desorden y el estrés que puede provocar un armario desbordado a las 8 de la mañana.