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Hablar con los amigos de nuestros complejos físicos en el momento que nos tumbamos al sol es uno de los temas estrella del principio del verano. Es como si, de repente, cayéramos en la cuenta de que nuestros cuerpos son como los de la mayoría: normales, imperfectos, diferentes. Y, pese a que sabemos que el primer ejercicio necesario es aceptar la realidad en lugar de frustrarse con ideales de belleza inalcanzables, no podemos pasar por alto aquellas partes de nuestro cuerpo que menos nos gusta enseñar.
Para empezar, hay que ser justos con uno mismo. Todos tenemos partes del cuerpo que nos gustan menos peeeero también contamos con otras partes que nos gustan más. Por tanto, ¿por qué no empezamos a pensar más en éstas segundas en lugar de seguir machacándonos con aquello que nos desagrada?
En segundo lugar, existen remedios frente a los complejos físicos. Un plan de ejercicio y una alimentación adecuada son los mejores aliados para luchar frente a la celulitis, el Michelin de turno o la piel de naranja.
Pero, si lo que necesitas es una solución más inmediata (al menos a nivel de imagen) también existen ciertas prendas de verano que pueden ayudarnos a disimular aquellas zonas de nuestro cuerpo que no queremos compartir. Usar pareo, aprender a elegir el bañador adecuado o utilizar una gran pamela son algunos de los recursos más sencillos a nuestro alcance.
Por ejemplo, si lo que te interesa es disimular la barriguita, un bañador entero (en lugar de un bikini) en un color liso (preferiblemente negro) con un fruncido o un detalle a la altura del pecho desviará las miradas del abdomen.Una gran pamela y una bonita sonrisa, también.